Leopoldo Torre Nilsson como jurado en el festival de Venecia

Entre el 20 de agosto y el 3 de septiembre de 1961, Leopoldo Torre Nilsson integró el jurado del festival de cine de Venecia, lo acompañaron Beatriz Guido y su productor Néstor Gaffet. Aprovecharon la invitación para vender su película más reciente,“Piel de verano”, para su distribución internacional en Europa y Estados Unidos, asimismo Néstor Gaffet, quien además de producir también distribuía películas en Argentina, compró el film favorito de la Mostra: “El año pasado en Marienbad” del joven francés Alain Resnais. Éste también fue el film que Nilsson, desde su rol de jurado, rescato entre los films en competencia, donde se incluían las obras más recientes de diversos realizadores de trayectoria, tales como: el italiano Roberto Rossellini con “Vanina Vanini”, el japonés Akira Kurosawa con “Yojimbo”, el polaco Andrzej Wajda con “Samson” y el francés Claude Autant-Lara con su film “Tu ne tueras point” protagonizado por Suzanne Flon.

Entusiasmado con su rol de jurado, fervoroso ante la defensa de la innovación artístico-argumental del film de Resnais, Leopoldo Torre Nilsson escribió un artículo desde Italia sobre su experiencia como jurado, el mismo ha sido publicado en la revista “Platea” tal como lo reproducimos íntegramente a continuación:

Un festival de Venecia
Las maletas atraviesan los pasillos y aspirantes a 'vedettes' pisan impacientes un cigarrillo mientras las lanchas en el embarcadero se llevan a histriónicos productores que maldicen a un jurado que no premió sus películas. De Sica fuma un cigarrillo con aparente calma mientras sus ojos ocultan alguna tristeza. Parece mirar a lo lejos las deslumbrantes imágenes de 'Umberto D'.
El festival ha concluido y todo es vagarosa retirada, como al final de las batallas; en el campo quedan colillas de cigarrillos, conserjes fastidiados, 'vedettes' decepcionadas, creadores desmenuzando el porqué de un fracaso. 
El Excelsior, hotel central donde se pasea entre risas babélicas todo el Festival, ahora está desierto. Se respira el silencio en largos pasillos que recién se descubren, y a nosotros, que hemos juzgado y hemos sido glorificados y vilipendiados, nos es dado recordar. 
Durante catorce días siete personas han discutido en italiano, ruso, inglés y francés, catorce películas. Sus palabras han sido traducidas por tres intérpretes del ruso al italiano, al francés y al inglés; del inglés al francés, al italiano y al ruso; del italiano al ruso, al francés y al inglés, y del francés al ruso, al italiano y al inglés. Fueron designados jurados de Venecia por un comité. Eran: un director ruso, Leo Armsthan, incansable e inteligente; un culto crítico italiano, Giulio Cesare Castello; un creador de dibujos animados, el del famoso grupo UPA, de Mr. Magoo y otros, John Hubley, mezcla de cowboy e intelectual; un calmo, parsimonioso e inteligente escritor italiano, Gian Gaspare Napolitano; un incisivo y encantador crítico francés, Jean Baroncelli; un gran liberal antimussolinista, Antonio Sacchi, y un apasionado director argentino que suscribe. 
Estos hombres, durante catorce días, se amaron y se odiaron; se arrojaron denuestos, cumplidos y abrazos, hasta llegar a un veredicto donde triunfó la juventud, coronando a una obra de definitivo talento creador que abre insospechados caminos al arte cinematográfico: 'Hace un año en Marienbad' (“L'annèe dernière à Marienbad”), de Alain Resnais. Esta obra hermética, bella, fría o apasionada, según quien la sienta, no encontró un camino fácil para arrebatar el León de San Marcos. 
Sus adversarios no fueron los demás films, a los que avasalló totalmente, sino algunos espectadores que no la entendieron y entre los que, desgraciadamente, se encontraban algunos jurados. La intransigencia de estos pudo haber significado un palmarés vergonzoso como el que premió el año pasado a 'El paso del Rhin' (Le passage du Rhin), de Andrè Cayatte, contra 'Rocco y sus hermanos' (Rocco e i suoi fratelli), de Luchino Visconti; pero afortunadamente en la última jornada, en la que el jurado fue encerrado lejos del insólito ruido festivalero, después de doce horas ardientes, apasionadas, en las que los intérpretes traducían con máquinas electrónicas y ya casi todos hablábamos al unísono el ruso, el italiano, el francés y el inglés, triunfó la verdad. 
Volvimos casi silenciosos, disimulando algún resquemor con el intercambio de tarjetas, en una lancha que nos demoró cuarenta minutos. La noticia del resultado se nos había adelantado media hora por una indiscreción telefónica. Habíamos salido a las ocho de la mañana y volvíamos a las ocho de la noche, barbudos, ocultando los vencedores la sonrisa de satisfacción, disimulando los derrotados su decepción con satisfechas sonrisas. 
Nos esperaban abrazos subrepticios, apretones de manos, productores indignados, creadores entristecidos. Contrariamente a las predicciones que auguraban un destino de canales para nuestros cuerpos si no premiábamos determinadas películas, la recepción del fallo fue cordial y a veces entusiasta. 
En un escenario lleno de flores, fotógrafos y burócratas, sobre una mesa donde resplandecían el León de Oro de San Marcos, dos medallas y dos copas, escribimos sobre una página el testimonio de nuestra verdad, que se llamaba, por sobre todo, 'Hace un año en Marienbad'.
Alain Renais, con imprevisible rostro de joven estudiante, escaló el escenario del Palazzo y tomando en sus manos el ambiguo León sonrió hacia los fotógrafos que lo ametrallaban con una sonrisa que también era una herida que comenzaba a cicatrizar. 'Hace un año en Marienbad', denegada su invitación al Festival de Cannes, rechazada por los grandes circuitos de distribución, iniciaba su segunda carrera hacia la celebridad.
Leopoldo Torre Nilsson

Artículo publicado en la revista 'Platea' de Buenos Aires, número 75, del 21 de septiembre de 1961.

León de San Marcos

El jurado del festival de cine de Venecia, del año 1961, asignó los siguientes premios: 
  • León de Oro de San Marcos para “L'annèe dernière à Marienbad” de Alain Renais (Francia)
  • Premio especial del Jurado para “Mir vkhodyashchemu” de Aleksandr Alou y Vladimir Naumov (Unión Soviética)
  • Copa Volpi mejor actor para Toshiro Mifune por “Yojimbo” (Japón)
  • Copa Volpi mejor actriz para Suzanne Flon por “Tu en tueras point” (Francia)
  • Mejor Opera prima para “Banditi a Orgoloso” de Vittorio De Seta (Italia)